Gran Hermano 14: Miriam, de vuelta a la realidad. La aventura se terminó para la polémica rubia, que ha visto como su actitud y su relación con Igor la han llevado por el camino de la expulsión. Se acabó el sueño y ahora toca una fuerte dosis de realidad, de afrontar los errores aunque en la entrevista con Mercedes Milá, Miriam siguió en su nube de colores y pareció haber vivido en otro mundo, incluso cuando vio imágenes de Igor relatando sus aventuras por toda la casa y no se inmutó un ápice. De Miguel se acordó más la presentadora y hasta el apuntador que ella, feliz y sonriente durante la entrevista.
Se acabó la experiencia que tanto había buscado y tanta ilusión la hacía a la concursante, octava expulsada del reality con un 42,9% de los votos por delante de los gemelos Montoya, para decepción de los tuiteros, y de su querido Igor. La audiencia ha cortado de raíz la historia que han protagonizado Igor y Miriam, aunque la relación ya se había enfriado desde que los concursantes realizaron la llamada al exterior y Ainara le puso las pilas a Igor para que pusiera tierra de por medio. Miriam también recibió un mensaje claro de su novio Miguel, cuando ésta gozó de una llamada extra: “Me has demostrado que no eres la mujer de mi vida”, aunque a la concursante no le afectaron tanto las palabras de Miguel como a Igor las de Ainara.
Mercedes Milá pronunció el nombre de la expulsada y la concursante se abrazó a Igor, que le mandó varios recados: “Intenta arreglar las cosas, haz lo que te he dicho (…) Si le puedes decir algo a Ainara se lo dices”, mientras Miriam le dedicaba repetidos “te quiero”.
Miriam, en un universo paralelo
Con Miriam ya en el plató, Mercedes Milá la preparó para lo que venía, un bombardeo de imágenes que revelaban la actitud de la concursante en la casa de Guadalix, en las que se veían movimientos sospechosos bajo el edredón, sonidos clarificadores y palabras cargadas de significado. La reacción de la concursante, risas y carcajadas que se estarían clavando como puñales en el que iba a ser su marido en unos meses y del que se acordaba más Mercedes Milá que ella. La concursante únicamente acertaba a afirmar que “sabía que Miguel iba a estar molesto por ciertas actitudes”.
Respecto a las imágenes, Miriam explicó, esquivando a la evidencia, que “en los vídeos se puede ver que hay algo, pero en ningún momento nos hemos liado”, aunque sí reconocía que “Igor es una persona que me atrae mucho, es muy atractivo”, según afirmó. La presentadora dio paso a más imágenes que para la concursante eran de chiste, dada la guasa que tenía encima, y a continuación se refería a que la pareja había tenido relaciones íntimas, algo que Miriam se apresuró a desmentir: “No he tenido ninguna relación íntima con Igor”.
Impasible ante las puñaladas de Igor
La joven parecía estar viendo otra realidad, algo que se confirmó cuando el programa le puso unas imágenes en las que Igor predicaba por toda la casa los “tocamientos” que le propinaba la rubia, explicaba que no la tenía tanto aprecio como ella a él y se mofaba con sus compañeros de su boda. La joven, lejos de hervir de ira contra Igor, se centraba en las imágenes en las que ambos hablaban de su relación y omitía las historias de cama que contó el vasco a sus compañeros, ¿nervios o confirmación de una realidad que todos hemos visto? Lo cierto es que Mercedes Milá intentaba despertarla del sueño y la preguntaba dónde estaba su dignidad.
Ante los constantes ataques en el plató por su continua falta de respeto hacia Miguel, que ha mantenido una actitud estoica ante las circunstancias, Miriam, casi por obligación, mandaba un mensaje: “A Miguel le quiero, lo siento”.
Llegó la despedida de sus compañeros de la casa y cuando llegó a Igor, no sabemos si por sentimiento personal o por la presión que recibió del plató, le dedicó las siguientes palabras: “»Todo está regular pero da igual. Igor, eh… [silencio] Me lo has hecho pasar bien en la casa, fuera quizá no tan bien…”.
Pero aún no ha pasado lo peor, porque Miriam aún tiene por delante un duro camino que empieza por Miguel y todavía tendrá que soportar las críticas en el plató del debate, donde seguro que la esperan con las espadas en alto.