Pesadilla en la cocina: El dueño que aprendió a cocinar viendo Ratatouille

Chicote en Pesadilla en la cocina
Pesadilla en la cocina: El dueño que aprendió a cocinar viendo Ratatouille. El chef Chicote se enfrenta a un dueño/cocinero de película porque, precisamente, ha sido gracias a una que haya aprendido a cocinar. Lo que no debió ver en el cine es que los productos frescos son fundamentales porque su idea de negocio se basa en la rapidez y, si para ser un rayo en el servicio tiene que sacrificar la calidad de su comida, lo hace sin miramientos. La actitud de derrota tampoco ayuda, por eso, Chicote y su equipo harán el mayor cambio de un restaurante de la temporada.

Si Chicote piensa que ya lo ha visto todo en temporada y media de ‘Pesadilla en la cocina’, sería la persona más optimista de la faz de la tierra, aunque seguro que su experiencia le advierte de que seguirá habiendo casos que le sorprendan después de ver restaurantes casi desahuciados. Como el de ‘El Parador de Villa’, cuyo dueño, sin formación, asegura haber aprendido a cocinar viendo tres veces la película ‘Ratatouille’. Como decimos, de película. Como en el largo de animación, en la cocina de Luismi todo marcha muy rápido, porque lo más importante es servir al cliente casi antes de que se siente. El único problema es que en la realidad, a diferencia de la ficción, si sirves la comida a los dos minutos de reloj de haberla pedido como le ha ocurrido al chef Chicote, hay que sacrificar la calidad.
 
Además, el reto del chef será enfrentarse a un dueño derrotado, casi imposible de levantar y hacerle andar hacia adelante. El negocio ha podido con Luismi, que decidió aplicar su experiencia en una cadena de comida americana tras años de gestión del negocio le animó a abrir su propio restaurante a pesar de no tener ninguna noción básica de cocina. Ni siquiera el entorno favorable en el que está situado le ayudado. El restaurante está en Villaviciosa de Odón, zona universitaria llena de jóvenes en un entorno dinámico perfecto para el negocio, pero la desidia en algunos puntos básicos del restaurante ha agotado la credibilidad de ‘El Parador de Villa’ y quien va a comer nunca repite.
 
Uno de los problemas es que para Luismi la rapidez del servicio es clave y para ello no duda en servir comida precocinada. El propio chef Chicote es testigo directo en su primer contacto con el restaurante, durante la prueba de menú, cuando en menos de dos minutos recibe el primer plato. El resto de platos también llegan a la mesa raudos y veloces pero la calidad de la comida deja mucho que desear. Tampoco ayudan al negocio un camarero de barra que no sabe nada de hostelería y un camarero de sala que está más pendiente de lanzar la caña por si pesca algo.
 
El mayor cambio de la temporada
 
Chicote intentará enseñar algunas nociones básicas de la cocina a Luismi pero pronto se dará cuenta de que el restaurante ha podido con él y está completamente derrotado. Ni siquiera su mujer ve nada de aquella persona dinámica que conoció y el restaurante parece haberse contagiado y transmite el mismo ambiente de derrota. Por eso el chef Chicote decide olvidarse de reaperturas y de renovaciones parciales, lo que necesita el restaurante es empezar de cero. Esta noche, el equipo de ‘Pesadilla en la cocina realizará el mayor cambio de la temporada de un restaurante para reconvertirlo en un lugar apetecible para y a medida para los clientes de la zona.

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