Adela González lo confiesa: “Soy amaxofóbica”

La expresentadora de ‘Sálvame’ ha concedido una entrevista de lo más personal y entre otras cosas ha expuesto su temor a conducir

Adela González ha visitado la televisión autonómica vasca (ETB) para conceder una entrevista, mostrar su lado más íntimo, darse a conocer un poco más y, por qué no, hablar de sus miedos y fobias.

El gran titular que nos deja la presentadora de televisión es que hay un miedo redundante en su vida y es el hecho de conducir. Incluso, la propia Adela llega a confirmar que suele sufrir ataques de pánico y ansiedad al ponerse al volante o pensar en hacerlo. 

Adela González: “Tengo un miedo atroz a conducir”

A veces, cuando observamos a diferentes personajes a través de la televisión, les vislumbramos casi como protagonistas de ficción, perfectos, intocables, inmortales…, pero no dejan de ser personas con sus defectos, sus inseguridades y, sobre todo, sus miedos.

Es por ello que esta entrevista de Adela González viene muy bien para acercar a su público a la persona y, por consiguiente, que su audiencia empatice en mayor medida con ella. De este modo confesaba la presentadora su gran gobia: “Soy amaxofóbica. Tengo un miedo atroz a conducir. Yo me saqué el carnet a los 18 y, de primeras, todo fenomenal”, comenzó exponiendo la guipuzcoana.

Así surgió su miedo al coche

A decir verdad, la historia que explica su pavor al volante puede resultar de lo más común en un conductor o conductora novel, pero en este caso supuso el comienzo de una fobia que perdura hasta el día de hoy. Así pues, sin más dilación, dejemos que ella misma lo relate: “Cogí el coche, sin ningún miedo, para ir con mi familia a no sé dónde. Y en una de estas que me iba a poner en otro carril, se me olvidó mirar por el espejo y me llevé una pitada. No me pasó nada, ni a mí ni a nadie, pero ahí me entró un miedo… no de qué me puede pasar a mí, sino de qué le puedo hacer a las demás personas. Desde entonces le tengo pánico, es un trauma”.

Asimismo, la expresentadora de ‘Sálvame’ confesó haber vuelto a intentar ponerse al volante y, sin embargo, todos esos intentos resultaron fallidos. Tanto es así que, según ella, solo de pensar en que tiene que conducir ese mismo miedo que exponía anteriormente se apodera de ella, la paraliza y la impide replantearse nada al respecto.