El castigo por el robo de comida está minando a los exploradores de ‘Campamento de verano’ y hay quien ya no aguanta más, como es el caso de Gaby, que estalló y declaró su intención de abandonar el campamento porque no puede más, tiene un agujero en el estómago por no comer y no está dispuesta a continuar así. El estado de sus compañeros es similar y el ambiente está más caldeado que nunca, y es que la falta de comida genera un clima de tensión insostenible y por algún lado tendrá que estallar. Aunque el castigo es merecido.
Si pensábamos que el clima existente en el campamento cuando Lucía Etxebarría aún estaba por allí, desquiciando al personal, y por imposible que pareciese que podría haber algo peor que la escritora pululando por el campamento, llegó el castigo de la dirección por el robo de comida. Tres días a pan y agua, y no una cantidad ingente de pan, no. La falta de comida está siendo mucho peor que cualquier escritora en tiempos de crisis económica y los exploradores están al límite. Bueno, no todos, porque Pedre, Modesto y Noemí disfrutan de arroz y salchichas.
El campamento es un campo de minas, las discusiones son continuas y la situación ha estallado cuando Mónica se ha enterado de que Noemí ha pasado galletas a Montalvo y Jacobo, aunque ella ha asegurado que las tiró antes de dárselas, como siempre un argumento muy pobre de la ‘exgran hermana’. A algunos de los exploradores, como es el caso de Mónica Pont, les ha sentado muy mal la noticia porque piensan que podría provocar una nueva sanción para el grupo.
Pero la que peor se lo ha tomado y ha estallado ha sido Gaby, que no puede más y se derrumbó con el sargento Alonso: “Tengo un agujero en el estómago y no aguanto dos días más”, le comentaba desesperada. El sargento intentó convencerla insistentemente de que aguantase pero Gaby parecía decidida a abandonar el campamento y es que se le acumulan las razones para no continuar allí: “Es eso, que Esteban ya no está en la cabaña, que sigo sin fumar, que nos tienen puteaos, que el castigo me parece una cosa injusta…”, declaró.
Jacobo en huelga de hambre
Lo cierto es que el ambiente está muy caldeado y en el campamento cada vez más huele a motín. La exploradora, además, añadía que en esas condiciones no iba a realizar ninguna prueba porque lo primero era su salud y sin comer no iba a realizar ningún esfuerzo físico. Muchos de sus compañeros opinaron lo mismo que ella le confesó al sargento y protestaron frente a las cámaras: “No nos pensábamos que el castigo iba a ser así. Es que nos estáis dejando sin comer”, decía Jacobo, que ha llegado a la conclusión de que engañar al estómago con un poco de pan es mucho peor que estar en ayunas, por lo que ha decidido no comer nada: “¿Me meto un trozo de pan para engañar al estómago? Es preferible nada y aguantar dos o tres días sin comer”, explicó el Dj, una decisión muy “lógica”.