España y el mundo entero han quedado conmocionados tras el trágico suceso que asoló Murcia en la noche del sábado al domingo
El 1 de octubre, España y, en especial, Murcia se levantaron de luto al conocer que esa misma madrugada un incendio había destruido gran parte de algunas discotecas de la ciudad cuando muchos jóvenes aún seguían en su interior.
Poco a poco fue ampliándose la información y, conforme iban pasando los minutos y las horas, la barbarie iba en aumento. Finalmente, la trágica cifra parece haberse estancado en 13 víctimas mortales, todas ellas enormemente jóvenes teniendo en cuenta el contexto y el lugar donde todo ocurrió.
Tres días de luto oficial en Murcia
Nada más tomar consciencia de lo sucedido, José Ballesta, alcalde de la ciudad, notablemente emocionado, con palabras entrecortadas y ojos vidriosos confirmó que se decretarían tres días de luto oficial en honor a las víctimas y a los seres queridos de las mismas a causa de este terrible incendio.
El pánico se apoderó de todas las familias que sabían que sus hijos habían acudido a estas discotecas donde todo sucedió y, rápidamente, el lugar de los hechos se llenó de gente que buscaba entre las desoladoras llamas a sus seres queridos y, sobre todo, explicaciones de cómo había ocurrido todo aquello.
Paulatinamente, las autoridades y los psicólogos trasladados a la zona ofrecieron la ayuda pertinente a las familias, lograron calmar, en medida de lo posible, la situación y convencer a todos esos familiares de que, en ese momento, lo único que se podía hacer era esperar y rezar para que todo saliera lo mejor posible.
“Mami, la amo, vamos a morir”
Sin duda, la noticia más conmovedora de toda esta tragedia nos la dejó en el día de ayer un padre que expuso públicamente el audio que le había mandado su hija durante el incendio. Tal y como relata Jairo, padre de la muchacha de 28 años, su hija trataba de despedirse, siendo consciente de que estaba viviendo una auténtica pesadilla.
“Mami, la amo, vamos a morir”, esas son las palabras que resonarán una y otra vez en la cabeza de esos padres absolutamente desconsolados y de toda una sociedad que escucha como Jairo clama al cielo y sigue sin entender por qué ha tenido que ocurrir eso, por qué allí y por qué a su hija.
Una vez expuesta esta noticia que jamás uno desea escribir, solo queda transmitir el más sentido pésame y ofrecer las mayores condolencias a las familias y seres queridos de las víctimas de este terrible suceso que, sin debate alguno, costará olvidar entre la ciudadanía española.