Existen muchas personas para despertar la sensibilidad. El clásico invernal que debes revisitar si eres una persona sensible
Diciembre es una época de familia, unos días para disfrutar con los nuestros y de los nuestros, sentir su calor, coleccionar sus abrazos, brindar por las risas y enterrar los llantos, al menos de momento. Pero, ante todo las fiestas navideñas constituyen un período en el que las sobredosis de azúcar están permitidas y apetecen más que nunca No parece haber límite para la miel, las reiteradas muestras de afecto y las delicias de chocolate.
Love Actually cumple perfectamente con estos requisitos. Fue estrenada en 2003 bajo la dirección del ya afamado Richard Curtis, que había dejado su huella en el género del romance colaborando en la elaboración del guion de clásicos de la comedia romántica como Notting Hill, El diario de Bridget Jones o Cuatro bodas y un funeral. El experto en amor y ligoteo no solo confeccionó el guion de la película sino que dio el salto para situarse detrás de las cámaras en su debut como cineasta.
La sinopsis oficial reza así: «En Londres, poco antes de las Navidades, se entrelazan una serie de historias divertidas y conmovedoras. «Love, Actually» es una manera abreviada de decir “Love Actually Is All Around” y éste es precisamente el argumento de la película: mires a donde mires, encontrarás el amor en todas partes. Todos los personajes, cada uno a su manera (un primer ministro, una vieja estrella del rock, una asistenta portuguesa que sólo habla su idioma), están relacionados con los aspectos más divertidos, tristes, ingenuos y estúpidos del amor».
Un elenco espectacular
Si hay algo que funciona en Love Actually a las mil maravillas es su selección de actores. Curtis parece haber invertido sus 30 millones de presupuesto -que terminó transformando en 250 millones de recaudación– en escoger al reparto más granado de la cinematografía inglesa. Ante las cámaras podemos ver a intérpretes de la talla de Hugh Grant, Emma Thompson. Colin Firth o una jovencísima Keira Knightley y, por supuesto, a un insuperable Bill Nighy en un desternillante papel de rockero venido a menos sin pelos en la lengua y harto de los protocolos sociales.
Pablo Kurt, máximo responsable del portal web de reseñas FilmAffinity, opinó de esta manera: «El famoso guionista Richard Curtis, autor de los éxitos «Four Weddings and a Funeral», «Bridget Jones’s Diary» y «Notting Hill» -de hecho se nota la similitud de estilo, ambiente y humor-, debuta como pastelero -perdón, como director- en esta entretenida comedia romántica navideña. Lo mejor, con mucho, un desternillante Bill Nighy como viejo rockero, que pone además el perfecto contrapunto a tanta sobredosis de azúcar. Sólo por él ya merece la pena tirarse en el sofá y ver este desfile de actores y actrices británicos en busca del romance de sus vidas».
