La expectación por Napoleón de Ridley Scott ha hecho que nos olvidemos. El estreno de diciembre que nos hará revivir la infancia.
Napoléon ha dado mucho de que hablar en las últimas semanas. Y no es para menos. La última superproducción de Ridley Scott ha sido duramente criticada por los círculos académicos de cine por su presunta falta de rigor histórico. A esta circunstancia se ha sumado la interpretación de Joaquin Phoenix en el papel del emperador francés, para muchos excesivamente contenida y de la que se han vertido sonados ríos de tinta.
Estas discusiones parecer haber llevado a los medios especializados a olvidarse de uno de los estrenos más esperados de lo que resta de 2023. Y es que, aunque a primera vista no se encuentra entre los principales candidatos a los Oscar -como Los asesinos de la luna, Oppenheimer, Barbie o la propia Napoleón – la nueva Wonka de Paul King protagonizada por Timothée Chalamet ha generado una gran expectación desde que su tráiler fuera lanzado hace unos meses.
La cinta actuará como una nueva versión del clásico Charlie y la fábrica de chocolate, la icónica novela de Roald Dahl publicada en 1964 y convertida dese hace lustros en uno de los clásicos de la literatura infantil y juvenil más aclamados de todos los tiempos. Todos recordamos la adapatación de Tim Burton en 2005 que llevaba a la gran pantalla a un inmenso Johnny Depp en el papel de Willy Wonka, el dueño de una fábrica en la que los sueños más dulces se hacen realidad.
La premisa
Ahora, Chalamet, que ya demostró su talento en la adaptación de Dune, de Denis Villeneuve basada en la novela homónima de Frank Herbert, tomará el relevo de Depp para calzarse las botas de Wonka.
La sinopsis oficial del filme reza así: «Basada en el personaje que protagoniza «Charlie y la fábrica de chocolate», el libro infantil más emblemático de Roald Dahl y uno de los más vendidos de todos los tiempos, «Wonka» cuenta la historia de cómo el mayor inventor, mago y chocolatero del mundo se convirtió en el querido Willy Wonka que conocemos hoy en día».
Sin embargo, la de Tim Burton no es la única adaptación que existe, aunque sí la que ha tenido mayor acogida. Mel Stuart ya trató en 1971 de llevar la emblemática obra de Dahl a las salas de cine. Gene Wilder, que nada tiene que ver con el director Billy Wilder, encarnó entonces al chocolatero.