La que se avecina no volverá a ser la misma que antes después de las últimas revelaciones: es el fin de lo que conocíamos
Hay series que marcan un antes y un después en la televisión en España. Aquí no hay quien viva o Los Serrano fueron dos que todos recuerdan en su infancia, adolescencia o etapa adulta. Normalmente estas suelen ser de comedia, aunque otras como El Internado o Sin tetas no hay paraíso también lo hicieron y no precisamente por las risas que generaban. Ahora, la gran protagonista, o una de ellas, es La que se avecina.
El estreno de su última temporada está teniendo buenos datos de audiencia, aunque bien es cierto que han bajado respecto a sus anteriores emisiones. La serie ya no se ambienta en Mirador de Montepinar, sino en el centro de Madrid. Allí está rodeada de comercios, bares y establecimientos de todo tipo. Eso sí, la esencia no se ha perdido debido a que personajes como Coque, Antonio Recio o Fermín Trujillo siguen siendo los grandes protagonistas. Sin embargo, algo se nota en el ambiente extraño a otras temporadas. Nadie sabía muy bien cómo explicarlo, pero todos se han dado cuenta con el paso de los capítulos.
Ya nada será lo mismo sin la presencia de uno de los mejores actores españoles de la historia
Ese «algo» no era otra cosa que la ausencia de José Luis Gil. El reconocido actor, Enrique Pastor en La que se avecina, es de los pocos que pueden decir que han participado en todo y cada uno de los episodios de dos series distintas. Lo hizo en Aquí no hay quien viva y también en la ficción de Telecinco. Por desgracia, sufrió un grave ictus hace unos años y desde entonces ha luchado para recuperarse cuanto antes.
Esta vez ha sido su hija la que ha actualizado el estado de José Luis Gil. Muchos de sus seguidores siguen preguntándose cuándo y cómo podría volver a La que se avecina, pero se desconoce todavía si podrá hacerlo o en qué condiciones. Por desgracia, nos enteramos de su estado a través de un emotivo mensaje de su hija en su perfil oficial de Instagram: «Me preguntáis por mi padre, os lo agradezco en el alma, sentir tanto cariño es un honor. Es duro tener que hablar en su nombre, me gustaría que él pudiese responder a vuestros mensajes. No es así».
La lucha sigue: «Han pasado 2 años y estamos asumiendo todos que la vida no va a volver a ser la misma. Es un golpe tremendo y que cuesta encajar, estamos en ello. Luchamos por afrontar esta situación que es muy compleja y dolorosa. Gracias por vuestra prudencia y vuestro respeto».