Se trata de una obra reconocida a nivel internacional. Esta es la película que trae de vuelta al mejor Almodóvar
Pedro Almodóvar es uno de los iconos más reconocidos del cine español y puede presumir de ser el cineasta que más repercusión ha tenido fuera de España, con dos premios Oscar y un buen puñado de Goya. Tanto la crítica como el público han disfrutado profundamente sus guiones extraños repletos de ideas originales y su exacerbado gusto por planos que otros no se habrían atrevido a filmar.
Una de las mejores muestras de su trabajo es Volver, que consagró a Penélope Cruz como «chica Almodóvar» en la que es, posiblemente, su mejor interpretación delante de una cámara de cine. La sinopsis oficial reza así: «Raimunda (Penélope Cruz) es manchega, pero vive en Madrid. Está casada con un obrero en paro (Antonio de la Torre) y tiene una hija adolescente (Yohana Cobo). Su hermana Sole (Lola Dueñas) se gana la vida como peluquera. Ambas echan de menos a su madre (Carmen Maura), que murió en un incendio. Pero, inesperadamente, la madre se presenta en casa de su hermana (Lampreave); después va a ver a Sole, a Raimunda y a Agustina (Portillo), una vecina del pueblo».
La crítica
Volver resucita el alma de los pueblos manchegos españoles, mostrando de forma exagerando algunas de sus costumbres y tejiendo unos personajes que destilan naturalidad por los cuatro costados. Las viejas creencias, lo que el ojo no ve, se convierte en esta cinta en una realidad de la que a veces es preferible no ser consciente, pero que nos persigue hasta que logra arrinconarnos y no tenemos más remedio que enfrentarnos a ella.
La cinta ha recibido críticas muy favorables desde su estreno en 2006, algunas de las cuales han caído de la mano del máximo responsable del portal web de reseñas FilmAffinity, Pablo Kurt, que dedicó unas líneas a ensalzar su valentía y singularidad:
«Volver» tiene lo más brillante de Almodóvar, que es básicamente un retrato veraz de la vida cotidiana, una buena dosis de melodrama, otra no menor de humor, una magnífica dirección de actrices, una fotografía y una música maravillosamente envolventes, unos títulos de crédito soberbios y una primorosa dirección que transforma el plano más anodino en una lección de cine. No solo eso; los detractores del cineasta no encontrarán los defectos que le suelen achacar: la trama tiene su dosis justa de sentimentalismo, no abusa de las extravagancias y los diálogos –con alguna pequeñísima excepción- no resultan impostados. Lo mejor que se puede decir de esta película es que crece y crece cuando uno vuelve sobre ella, ya fuera del cine; porque es tan importante lo que se cuenta y no se muestra como lo que se muestra como si no contase.
Una interpretación de 10
Y sobre todo cuenta Penélope, con una interpretación que es, sencillamente, demoledora. Su forma de hablar, de moverse, de bajarse la falda, de partir el pimiento, de reír, de llorar, componen un personaje completo y complejo, de los que se quedan en la retina. Un actriz enorme cuyo talento Hollywood nunca sabrá explotar del todo. Queda para el recuerdo el momento en el que se arranca a cantar, uno de los más bellos, intensos y emotivos de todo el cine de su director«.