El debut de los hermanos Philippou ha sorprendido al público por su originalidad temática y su forma moderna de abordar el terror.
Danny y Michael Philippou ha saltado a la palestra cinematográfica por la puerta grande. Su debut, Háblame, aún en salas de cine, es una de las películas de terror mejor valoradas de los últimos años y una de las que actualmente ostenta una calificación más altas en el portal de referencia Filmaffinity dentro del género.
Y no es para menos. Háblame cuenta la historia de Mia, una joven adolescente que se aficiona a invocar espíritus utilizando para ello una mano embalsamada. Pero en un determinado momento algo sale mal. Un alma que que se presenta como el espíritu de su difunta madre desata una plaga de fuerzas sobrenaturales que la obligarán a enfrentarse al dilema más terrible de su vida: confiar en los vivos o en los muertos.
Así reza la sinopsis principal y un visionado concienzudo ha permitido corroborar que, efectivamente, el filme funciona. El primer elemento que la hace original puede encontrarse en el cartel promocional: la mano embalsamada, cercenada de un individuo misterioso con poderes sobrenaturales, crea una imagen lo suficientemente impactante para resultar sugestiva.
En otras palabras, en un cine que, al contrario que los thrillers al estilo M. Night Shyamalan, busca tanto sugerir como mostrar, la mano se erige como un requisito indispensable para tejer la atmósfera de tesión que envuelve todo el filme. Su sola presencia basta para generar en el espectador una sensación de incomodidad que se tornará en ansiedad una vez se desentrañen los secretos que la rodean.
El terror para aliviar la conciencia
Y ese es precisamente el segundo punto fuerte de Háblame. El escenario en el que transcurre la acción, un barrio decadente habitado por jóvenes adolescentes que coquetean con alcohol y drogas, sirve de telón de fondo a una cuestión mucho más trascendente: el recurso al horror como alivio de conciencia.
Por primera vez en mucho tiempo, la protagonista no huye del terror, sino que se ve obligada a abrazarlo para tratar de superar un trauma que le ha carcomido la mente durante toda su vida. El fantástico guion logra poner al personaje principal en una tesitura tan comprometida que arrojarse a los brazos de lo sobrenatural resulta preferible a erradicarlo.
En definitiva, una película innovadora, que presenta al espectador pocos elementos, pro los gestiona de forma magistral gracias a un guion acertado y trascendente que contiene imágenes impactantes y una reflexión final tan inquietante como cotidiana.