El actor nos cautivó a todos en El señor de los anillos. La película familiar de aventuras que rescata a un genial Viggo Mortensen
Hay actores de Hollywood que no necesitan carta de presentación. Basta con que aparezcan ante nuestros ojos en el celuloide para que nos postremos ante ellos, para que hagamos una genuflexión ante su talento y para que esperemos, basándonos en una nada desdeñable lista de antecedentes en su filmografía, un desempeño a la altura de su talento.
Esto mismo le sucede a Viggo Mortensen, quien ya deslumbró a los espectadores en su papel como rey Aragorn en la trilogía de El señor de los anillos y se encontró a las puertas de alzarse con el Oscar como sureño campechano en Green Book, por mencionar tan solo algunos ejemplos de su genial trayectoria. Sin embargo, existe una película dentro de las que ha protagonizado que ha pasado ligeramente desapercibida, bien porque no seguía los cánones estrictos de ninguno de sus géneros o porque constituía un batiburrillo de cosas que ya habíamos visto pero que, contra todo pronóstico, cumplen su función.
El tono de George Lucas
Se trata de Hidalgo, un western tardío aunque no crepuscular que incorporar elementos propios de la narrativa de aventuras. Su sinopsis oficial reza así: «Año 1890. A Frank T. Hopkins (Viggo Mortensen), un legendario soldado de caballería, se le considera el mejor jinete del Far West, a pesar de lo cual se ve obligado a trabajar en el circo de Buffalo Bill. Un día recibe una oferta de un jeque árabe (Omar Sharif), propietario de caballos de pura raza, que puede ayudarle a recuperar su dignidad y prestigio: Frank y su caballo Hidalgo son invitados a participar en una carrera conocida como el Océano de Fuego, una prueba de supervivencia de 3.000 millas a través del desierto de Arabia. Basada en un hecho real».
Hidalgo bebe mucho de la saga Indiana Jones y se nota. Se conoce a Joe Johnstones por situarse detrás de las cámaras en la primera entrega de el Capitán América en el que supuso uno de los pistoletazos de salida al Universo Cinematográfico de Marvel en todo su complejo y extensísimo esplendor.
La narrativa sencilla y las escenas de violencia son muy amables si se comparan con otras cintas propias del género del Oeste, lo que hace de esta película un entretenimiento casi familiar en el que podemos intuir el desenlace desde un comienzo pero, a pesar de todo, el magnetismo de su actor protagonista nos incita a recorrer el camino con él.
