Esta es posiblemente su mejor película y la más intensa. La película más dura de Clint Eastwood es uno de los mejores dramas de la historia
Clint Eastwood ha sido aclamado desde sus inicios como uno de los mejores directores de Hollywood. Desde su papel protagonista en los spaghetti western de Sergio Leone, su semblante siempre avinagrado y su carácter rudo y sin escrúpulos le han granjeado millones de fans a lo largo y ancho del planeta. Pero si Eastwood es un tipo duro y ha saltado a la fama por serlo, más duras aún son algunas de las cintas que ha dirigido en su carrera.
Sus películas suelen caracterizarse por dibujar siempre a un protagonista muy similar: un hombre que antaño fue un profesional muy destacado en su campo y que ahora vive atormentado por la muerte de su esposa, por la distante relación con sus hijos o por ambas cosas al mismo tiempo, como ocurre en la fantástica Gran Torino. Una vez establecido el tono, llega la reflexión final, tan profunda, certera e intensa que no deja indiferente a ningún espectador, sea o no fan del actor.
La película
Million Dollar Baby se ajusta mejor que ninguna otra a estos rasgos. Su estreno supuso también el de Hillary Swank como promesa del cine de Hollywood. Su sinopsis oficial reza así: «Después de haber entrenado y representado a los mejores púgiles, Frankie Dunn (Eastwood) regenta un gimnasio con la ayuda de Scrap (Freeman), un ex-boxeador que es además su único amigo. Frankie es un hombre solitario y adusto que se refugia desde hace años en la religión buscando una redención que no llega.
Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está dispuesta a luchar denodadamente para conseguirlo. Frankie la rechaza alegando que él no entrena chicas y que, además, es demasiado mayor. Pero Maggie no se rinde y se machaca cada día en el gimnasio, con el único apoyo de Scrap».
La cinta es una maravilla de la naturaleza, un guion brillantemente tejido que toma un rumbo que ningún espectador sería capaz de concebir y que trata un tema polémico y tabú, pero lo hace de forma muy inteligente. Una maravilla dentro de la filmografía de Eastwood. Algo que le valió a Morgan Freeman su único Oscar como mejor actor de reparto. También a Swank la estatuilla a mejor actriz, y a Eastwood el máximo galardón de la Academia a la mejor película y director.