Estas Navidades estarán cargadas también de cine. La película sobre reuniones familiares perfecta para estas Navidades
Las Navidades son una época del año para estar con la familia. O, al menos, eso es lo que siempre se ha dicho. Mientras que para algunos es una época del año llena de felicidad y regocijo por reencontrarse con sus seres queridos, otros preferirían pegarse un tiro en el pie antes que compartir mesa con aquellos que le dieron la vida y se ve obligado a impostar una sonrisa y a fingir una comodidad que, en muchos casos, está lejos de sentir.
De este tema tan polémico va la película de la que queremos hablaros hoy. A finales de los años 60, como ya hemos visto con el caso de Green Book, el racismo era un tema candente en Estados Unidos que solía generar la llamada espiral del silencio: el miedo que invade a aquellos que sostienen una postura contraria a la de una mayoría y que, por temor a ser juzgados deciden guardar silencio, generando así un clima tenso en el que las opiniones dominantes tienden a ser reforzadas en detrimento de las menos comunes.
La película perfecta para estas Navidades
Pero, mientras que Peter Farrelly lo hizo desde el amparo que le proporciona el inexorable paso de casi cinco décadas de tiempo, Stanley Kramer se atrevió a abordar la cuestión racial cuando esta se encontraba en plena ebullición en una de sus obras maestras, Adivina quién viene esta noche. La sinopsis oficial de la cinta reza así: «Una joven de familia acomodada lleva a casa, para presentárselo a sus padres, a su novio, un médico negro con el que tiene la intención de casarse. A pesar de ser personas de ideas liberales, sus padres se sienten muy confundidos, especialmente el padre, que teme que un matrimonio interracial no traiga más que problemas a su hija».
El de Kramer fue, sin lugar a dudas, un verdadero acto de fe. Bajo la sombra de John Fitzgerald Kennedy, su sucesor Lyndon B Johnson aprobó en 1964 la Ley de Derechos Civiles, que garantizaba la igualdad de derechos sin discriminación por motivos de raza. La decisión político llevó a Estados Unidos a dividirse en partidarios y detractores y a crear un clima similar al que había desencadenado la Guerra de Secesión.
Katherine Hepburn, reina indiscutible de la Academia con cuatro Oscar en su palmarés, hace, junto a Sidney Poitier, una pareja difícilmente olvidable en la historia del cine. La sinergia de ambos personajes se hace palpable en sus gestos y miradas, que, a su vez, no hacen más que ensalzar el trabajo del siempre inmenso Spencer Tracy.