Con cámaras todo salió bien, pero nada fue natural. La química no lo es todo: tres parejas de cine que no se soportaban
No es oro todo lo que parece cuando vemos una película en las salas de cine. Esto es algo que podemos comprobar de muchas y diversas maneras para llegar a diferentes conclusiones que nos puedan hacer recabar la información suficiente e imaginar diversas cuestiones relacionadas con los diferentes tipos de películas que estamos viendo en nuestro día a día. Hay grandes clásicos que se han sostenido gracias a la buena trama y también la química de los actores dentro de la misma.
La cuestión y lo que vamos a valorar en este post es que nada es certero sobre lo que se ve realmente dentro de la cinta. La química puede ser muy buena entre algunos actores dentro de la propia película. Sin embargo, hay un factor muy claro y conciso que tiene que ver sobre todo con la problemática fuera de cámaras donde todo puede ser algo completamente distinto. Tenemos infinidad de casos donde algunas parejas de cine han conseguido generar una crítica muy positiva y una audiencia recaudatoria enorme. No obstante, pese a que dentro de la cinta todo sea muy positivo y bueno, la realidad es que fuera de ella pueden llevarse terriblemente mal.
Parejas de cine que no se soportaban
Esto es algo que podemos ver de múltiples maneras a lo largo de los últimos años y gracias a diferentes productos cinéfilos que han conseguido colarse en el imaginario colectivo común. Una de las cintas que más éxito ha tenido a nivel internacional fue Dirty Dancing. Esta película se estrenó en el año 1987 y está protagonizada por Patrick Swayze y Jennifer Grey. La química entre ambos fue latente y eso se vio con la escena del baile final que ya es un icono en la industria cinematográfica. Sin embargo, el actor hizo una broma que molestó mucho a la actriz la cual amenazó incluso con pedir que le echaran de la película. No obstante, hubo perdón por parte del primero, pero la complicidad se fue al garete.
Mucho peor fue lo que ocurrió entre Bill Murray y Lucy Liu en Los Ángeles de Charlie. Directamente en esta película el actor reconocido por grandes éxitos a finales del siglo pasado la acusó de mala actriz y mala profesional provocando una pelea dialéctica entre ambos con consecuencias nefastas para el protagonista de Los Cazafantasmas el cual abandonó el proyecto en la secuela. Algo parecido le ocurrió a Harrison Ford con Sean Young en Blade Runner. En esta cinta el aclamado actor no entendió su papel en la película y lo pagó con su pareja en la pantalla hasta maltratarla de forma psicológica según algunos archivos.